lunes, 21 de abril de 2008

Descripción del Problema a Abordar.

El tema del adulto mayor desde hace un par de décadas se ha regido por un insuficiente y menos preocupación por el maltrato para las personas mayores, situación que recién comienza a preocupar a estudiosos en el fenómeno en cuestión.

Por tal motivo se hace necesario que se investigue el fenómeno mencionado, con la finalidad de entregar algunos antecedentes que sirvan de bases para futuros profesionales del área social, o para sentar referencias que puedan ayudar a generar políticas o programas sociales, en beneficio de un grupo etáreo que aún continúan siendo marginados.

Desde el punto de vista de los adultos mayores, existe una disminución en el cuidado y desconocimiento en las acciones que se requieren para sobrellevar una mejor calidad de vida; el abandono, la viudez, la depresión, la violencia intrafamiliar, etc. Por su parte, las medidas y los cuidados preventivos son los que se requieren para implantar acciones que fortalezcan y expandan las redes de apoyo social que demandan los adultos mayores. La participación de las personas en el cuidado de su propia salud es lo que conocemos como el autocuidado; su premisa básica considera a las personas con la habilidad para participar en su propio cuidado (MARÍN, 1993:273). Cabe señalar que el tema de protección y cuidados en los adultos mayores, como eje central de la familia extensa, a puesto a disposición todos los beneficios que vayan en entregarle una calidad de vida mejor y saludable durante los últimos años de sus vidas, quiénes están encargados de llevar a cabo esta práctica es nada menos que la familia, es por esto que se debe entender el concepto como un grupo primario donde sus integrantes se interrelacionan por vínculos afectivos y de participación que favorecen a su vez su crecimiento armónico, desarrollo y maduración (EROLES, 1998: 139).

Sin embargo nuestra sociedad se vuelve cada vez más vieja lo que impide que los adultos puedan manejar sus propias vidas en el propio cuidado, como así también sus propias familias, para ello en ocasiones es necesario recurrir a centros que entreguen atención, cuando la familia de origen no se encuentra en condiciones, cualquiera sea la causa, para brindarle los primeros auxilios y cuidado permanente hasta que la vida se le extinga, evitando así el deterioro en la salud.

Por otra parte la compleja vida que sobrellevan los adultos mayores en esta etapa de sus vidas se ve cuestionada por sus familiares o entorno, por las diferentes manifestaciones en el deterioro de la salud, ya sean éstas de índole psicológicas, la avanzada edad, el desgaste de una vida sometida a grandes esfuerzos o algún impedimento físico, razón de más para que la familia o instituciones no le brinden los primeros cuidados, protección y apoyo. Consecuencia de aquello, los adultos se decaen paulatinamente, perdiendo el deseo de vivir, la presencia de depresión, la pena de sentirse un estorbo, una baja en las defensa y el rechazo.



Para indagar en el tema de violencia a los adultos mayores, es preciso estudiar a éste grupo etáreo desde la mirada del mismo sujeto, a partir de la propia experiencia empírica. De esta forma se tomará como referente las diversas formas de violencia; físico, psicológico, sexual, como negligencia o abuso patrimonial, representaciones que se ejercen de manera activa o pasiva y que por uno u otro motivo se presentan en distintos contextos, ya sea en el ámbito familiar, en las instituciones que prestan asistencia a los mayores y en la sociedad que los discrimina, etc.

En general, los términos de malos tratos a los ancianos y abandono de los ancianos se refieren a cualquier acción que cause daños a las personas mayores de 65 años. El maltrato a los mayores comprende tres grandes áreas: 1) maltrato doméstico, 2) maltrato institucional y 3) automaltrato o abandono (BURKE, 1998:501).

El maltrato y la violencia contra las personas de edad puede adoptar muchas formas: física, psicológica, emocional, financiera, como también en el área pública y privada, y se produce en todas las esferas sociales, económicas, étnicas, geográficas. Se ejerce de manera activa o pasiva, y ocurre en distintos contextos: familiar, en las instituciones que prestan asistencia a los mayores y en la sociedad que los discrimina. Por su parte es reflexionada en la mayor parte de las sociedades actuales como un aspecto negativo de la conducta humana. De ésta forma la TV Comercial, por su parte, se ha transformado en un poderoso instrumento de la sociedad de consumo y se encarga, además de exaltar y glorificar la violencia (MATURANA, 1999:13), no contribuyendo a eliminar el fenómeno, sino más bien ayuda a beneficiar este tipo de suceso.

De lo anterior que se plasma la importancia del maltrato hacia el adulto mayor, tomando como referente extraer algunos párrafos de la carta de los derechos de las personas mayores, elaborada por las naciones unidas, difundida en Chile por el comité nacional para el adulto mayor en el año 1991.

Sin desmerecer la importancia que tiene estos derechos para la sociedad, fue necesario considerar algunos párrafos de mayor importancia para el problema abordado y que dice lo siguiente:

­ Las personas de edad deberán poder disfrutar de los cuidados y la protección de la familia y la comunidad de conformidad con el sistema de valores culturales de cada sociedad.
­ Las personas de edad deberán poder vivir con dignidad y seguridad, y verse libres de explotaciones y malos tratos físicos o mentales.
­ Las personas de edad, deberán tener acceso a medios apropiados de atención institucional, que les proporcionen protección, rehabilitación y estímulo mental y social en un entorno humano y seguro.
­ Las personas de edad, deberán tener acceso a servicios sociales y jurídicos que les aseguren mayores niveles de autonomía, protección y cuidado (NACIONES UNIDAS, 1991: 2. En: www.senama.cl).
Así de esta forma los derechos de los adultos mayores se ven protegidos por la carta en mención, y que postula al derecho de vivir de una forma digna. Sin embargo en su realidad se manifiestan algunos cambios que no benefician a los adultos mayores a tal disposición. Segregándolos, abandonándolos en los propios hogares o enviándolos a instituciones que no cumplen con los requisitos de cuidado y protección.

De esta forma se puede mencionar que al existir diferentes formas de maltrato, pueden llevar a determinar que éstos son producto de una distorsión en nuestra cultura. Se percibe al interior de la familia que lo viejo es inservible, inútil, considerándolos como personas estorbo, es decir, como una carga a la cual hay que mantener, cuidar, y que de alguna u otra manera hay que llevarlos a cuestas por el restos de sus días. Cuando el maltrato se origina en el hogar familiar de origen considerando a ésta como un vínculo por medio de lazos afectivos que van siendo los pilares sostenedores y los primeros lazos indisoluble con los que cuenta el ser humano, esto conlleva a una ambivalencia en el adulto o en la familia, pues esta situación desestabiliza al grupo en general y crea relaciones cargadas de sentimientos negativos y en el fondo esperanzadores de un posible cambio de la persona que ejerce el abuso hacia el o los otros. Este tipo de maltrato se designa como maltrato doméstico que se produce en la casa del propio anciano o de su cuidador y que es causado por alguien que mantiene una relación especial con el maltratado (cónyuge, hermano, hijo, amigo o cuidador) (WALSH, 1998:501)

La otra cara de la moneda surge cuando en ocasiones el adulto mayor es enviado a instituciones con la finalidad de brindarle los cuidados necesarios según la edad y por otra parte una protección que incluye seguridad. Los hogares, instituciones o centro de cuidados no lo han alcanzado o desarrollar por infinitos motivos, sin embargo cabe señalar que dichas instituciones prestan servicios ineficientes en cuanto a las normativas básicas de cuidado, higiene, alimentación, tratamientos médicos, etc. Como consecuencia de dichas irregularidades, el personal presta una atención inadecuada considerando que los recursos no son suficientes para abarcar en su totalidad gastos en la atención integral a los adultos mayores. Este tipo de maltrato se le denomina institucional ya que quienes realizan el maltrato suelen ser cuidadores pagados u otros, con una obligación contractual o legal de proporcionar cuidado y protección al adulto mayor (WALSH, 1998:502).

Se hace necesario contar con el apoyo social para lograr un acercamiento y una sensibilización por la situación vivida empíricamente que afecta directamente a los adultos mayores hoy en día, para que la sociedad muestre interés en la consolidación de proyectos que sean realmente efectivos en erradicar éste tipo de fenómeno. A éste concepto de apoyo social se le considera como un proceso de transacciones interpersonales basado en los recursos emocionales, instrumentales e informativos, pertenecientes a las redes sociales de pertenencia, dirigidos a potenciar, mantener o restituir el bienestar del perceptor. Este proceso es percibido como transacción de ayuda tanto por el receptor como por el proveedor” (MORALES, 1999:355).

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